Los neurotransmisores como la dopamina y la serotonina, populares por provocarnos
felicidad son factores determinantes en el proceso de motivación del cerebro, es decir,
cuando una persona realiza determinada actividad con gusto y foco en los objetivos, estas
biomoléculas están haciendo su trabajo.
Sentirse motivado no es casual, sucede gracias a la acción de la dopamina, que es la
sustancia encargada del mecanismo de recompensa cuando hemos cumplido un objetivo.
Por su parte, la serotonina casi de manera simultánea, impacta en el estado de ánimo y
asocia el cumplimiento de ese objetivo con la satisfacción. Se trata de un círculo virtuoso en
el que actúan la serotonina y la dopamina al que se le llama: circuito de recompensa
cerebral y es la base de la motivación.
“El cerebro humano puede recordar y reconocer todo aquello que le proporciona dolor o
placer, y es capaz de asociar una sensación agradable o positiva con determinado estímulo
o acción por lo que querrá repetir aquello que lo hizo sentir bien y obtener nuevamente una
recompensa”, afirma Yunue Cárdenas, Coordinadora del HUB de psicología de Affor Health,
empresa especializada en gestionar y mejorar la salud psicosocial de las personas en las
organizaciones.
La también psicóloga clínica añade que en un ambiente laboral, entender esto es
fundamental, ya que permite a las compañías mantener a sus colaboradores interesados en
el trabajo y les da las herramientas para plantearse nuevas metas de manera constante. A
esto le llamamos motivación laboral.
“Su importancia radica en que, no sólo impulsa el rendimiento individual, sino que también
fortalece el clima laboral y fomenta un sentido de compromiso que se traduce en
productividad para la empresa. Los empleados que están motivados serán los más
comprometidos, creativos y dispuestos a esforzarse. Además, está relacionada con la
retención del talento, si los colaboradores se sienten motivados tienen menos intención de
buscar oportunidades en otras organizaciones y esto reduce los costos asociados con la
rotación de personal”, detalla Cárdenas.
Los trabajadores que están continuamente motivados tienden a reportar niveles más bajos
de estrés, ansiedad y depresión en comparación con aquellos que carecen de motivación
en sus roles laborales. Por lo que, de acuerdo con la especialista de Affor Health, “invertir
en este rubro, no solo mejora el ambiente de trabajo y la salud mental de los empleados,
también impacta directamente en la productividad y crecimiento de la empresa en el
mediano y largo plazo”.
Las empresas motivadas son más productivas
Affor Health recomienda una serie de acciones para las empresas que quieren impulsar
ambientes laborales más sanos y donde la motivación sea un activo constante:
1. Evaluación y diagnóstico del clima laboral
Realizar evaluaciones exhaustivas del clima laboral, a través de encuestas, entrevistas y
análisis de datos, para identificar factores que puedan afectar la motivación de los
empleados, como el estrés laboral, el liderazgo deficiente o la falta de reconocimiento.
2. Implementación de programas de para el cuidado de la salud mental
Poner en marcha iniciativas que cuiden la salud mental de sus trabajadores como, asesoría
por parte de profesionales y capacitación en habilidades de comunicación efectiva. Esto
permitirá que los empleados se mantengan motivados y con objetivos claros.
3. Gestión psicosocial de equipos
Al mejorar las habilidades de gestión, se promueve un ambiente laboral en el que los
empleados se sienten motivados para alcanzar sus objetivos y por ende son más
productivos.
“Las empresas que invierten en estrategias para fomentar la motivación de sus empleados
no solo promueven la salud mental de estos, sino que también experimentan una mejora
significativa en su desempeño a nivel global, generando un ambiente laboral más
satisfactorio y una mayor retención de talento”, concluye Yunue Cárdenas, Coordinadora del
HUB de psicología de Affor Health.
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