En el barrio de San Rafael, en la capital mexicana, existe un hotel boutique que te hará transportarte a otra dimensión temporal.
Por Oscar Valdemar
Una experiencia muy especial es la que te recomendamos vivir en El Patio 77, una propiedad construida en 1890, ubicada en la colonia San Rafael de la Ciudad de México, que actualmente funciona como hotel y ¡más que eso!
El alojamiento boutique de ocho habitaciones destaca por su estupenda arquitectura original, que posterior a su completa renovación en 2009, recibe a viajeros de todo el mundo.
UBICACIÓN Y PATRIMONIO CULTURAL
La colonia San Rafael es, sin duda, una de las más tradicionales de la capital mexicana. Es aquí donde se asienta el primer crecimiento de la Ciudad de México, fuera de lo que hoy es el Centro Histórico. Las familias más prosperas de la creciente urbe encontraron aquí el espacio ideal para construir fastuosas mansiones, sin nada que desear a las europeas de la misma época. En esta colonia se funda la tradición teatral comercial más destacada, con los primeros complejos culturales de la nueva época. El Teatro San Rafael, México o el Teatro Aldama, son algunos de los más populares escenarios de lo más top del teatro en México, actualmente. Es aquí donde se ubica El Patio 77, al lado de múltiples expresiones del buen vivir.
ALOJAMIENTO MEXICAN STYLE
Un homenaje a México es lo que te encontrarás en cada habitación de El Patio 77. Desde Chiapas y hasta Guerrero, pasando por Oaxaca, Veracruz, Michoacán, Jalisco, Hidalgo y, por supuesto, la gran Ciudad de México. Alegorías de la cultura local en cada rincón de las habitaciones.
DORMIR... COMER... DELICIOSAMENTE
Además de descansar y viajar por el México del siglo XIV, el ahora hotel boutique ecológico (el primero de la Ciudad de México), colabora con proyectos locales para enriquecer la experiencia. Junto al chef Axl García de Gastro Taller, ubicado en la misma colonia San Rafael, han creado el Brunch 77. La oportunidad de desayunar en el patio principal de la propiedad, que con una estupenda decoración mezcla lo tradicional, vintage y progresista, el ADN de la misma Ciudad de México. Con un menú ecléctico, respetuoso de su ADN pero al mismo tiempo atrevido, propone una mañana de cada domingo, hacer brunch con mimosas y versiones gourmet de platillos encantadores.
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